Es un placer. Siempre algo que me ronda la cabeza encuentra su desahogo en este foro. Pero bueno, además de hacerme perder tiempo, me demostró lo terriblemente cursis que suelen ser las adaptaciones cinematográficas de los comics.
Lo que la autora demostró es que vale un rábano lo que es sometido o no a prejuicio, lo importante es lo real. Nada más recuerdo esa paginita donde Emma y Clementine regresan en la playa y ella se da cuenta que su felicidad nunca podrá se completa porque no podrÃan procrear... supongo que es un argumento para pensar.
Sin embargo, mi búsqueda de respuestas me llevó a aguantar la pelÃcula "La Vida de Adele", donde francamente uno esperarÃa una magistral adaptación de un libreto tan sencillo como el de la novela gráfica. Pero no, además de obvias diferencias que pueden justificarse, me encontré con la pelÃcula más pornográfica (sometida a criterios de salas públicas de cine, claro) que haya visto.
Y me dejó un mal sabor de boca. En fin, acá el link para quien quiera verla:
PelÃcula: La vida de Adele En fin, para quien le moleste bajar 900 megas (o se sienta demasiado "motivado" para hacerlo) le dejo una opinión que encontré, la cual comparto plenamente...
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Sinceramente, para que se hagan pelÃculas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… porque mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance. Soy lesbiana y estoy muy harta de escuchar tantas alabanzas absurdas a esta pelÃcula que no es más que el desahogo pornográfico de las obsesiones de un director déspota. Fui a verla ilusionadÃsima porque el cómic me habÃa encantado y tenÃa las esperanzas de encontrarme con algo igual de bueno o quizá mejor, pero no puedo expresar mi sorpresa al encontrarme tamaña basura… Quince minutos de porno lésbico completamente gratuito e injustificado que ensucian el resto del metraje y actúan a modo de llamada de atención desesperada (asà como llamada a la recaudación, a la audiencia y a la crÃtica masculina) para disculpar tres horas insustanciales, desaprovechadas y vacÃas, con lo que podÃa haber dado de sà una temática inicial tan fantástica. El director sólo se preocupó de rodar tijeras y cunnilingus, no hay rastro de la profundidad de la novela gráfica, de su estética cautivante, de su buen gusto, de su sensibilidad, de su despliegue en cuanto a temas y motivos… sólo sexo explÃcito, poses ridÃculas y morbo facilón para arrastrar a la gente a verla y convertirla en vouyers. Sin esas largas escenas de sexo la pelÃcula habrÃa ganado en dignidad y fuerza, precisamente es contraproducente a su causa este excesivo regodeo. En lugar de estas escenas (o de gran parte de ellas) se podrÃa haber aprovechado metraje e incluir, por ejemplo, una escena de ataque homófobo de los que están tan tristemente vigentes en Francia u otros paÃses europeos, eso sà contribuirÃa a una mayor sensibilización del público y no una escena como la de las tijeras con la que la pelÃcula cae en el ridÃculo, se descalifica a sà misma y le da la razón a quienes afirman que es pornografÃa mostrada sólo con el propósito de excitar. ¿Cuál es la intención si no de regodearse de tal manera? ¿Si no vemos ocho orgasmos no entendemos la pasión entre ambas protagonistas? ¿O la “necesidad†de meter estos quince minutos de sexo salvaje era porque si no nadie aguantarÃa tres horas soporÃferas viendo a una actriz con cara de empanada? Me pregunto cómo es posible que nadie (o muy pocos) vean lo que es en realidad esta pelÃcula: una fantasÃa pornográfica de un director heterosexual, basándose en un juicio apriorÃstico de cómo follan dos lesbianas que no es más que su propio deseo puesto en imágenes (y además tiránicamente, en plan “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo mientras babeo). De haber sido dos hombres los protagonistas (o un hombre y una mujer), el director jamás se habrÃa recreado asà en una escena sexual entre ellos y la pelÃcula no habrÃa sido tan brillante para los crÃticos. Si la pareja hubiera sido heterosexual y si el sexo, aunque realista, hubiera sido tratado de manera más sutil, de esta pelÃcula ni se habla. Y mucho menos se la premia. Pero claro, a los crÃticos heterosexuales les ha gustado mucho y por eso ganó Cannes… Por eso, lo que me escama de todo esto (aparte de que me es imposible simpatizar con un señor que ha hecho que sus actrices se sientan poco menos que abusadas…) es que el director ha reducido una historia compleja sobre el amor, la amistad, la intimidad… en una larguÃsima escena de sexo hecha desde el punto de vista de un observador masculino y heterosexual (qué sorpresa) que reduce a las lesbianas y a las mujeres en general en objetos hipersexualizados cuyas prácticas sexuales son y deben ser aquellas que despiertan los deseos de este público en particular. Como siempre, se reduce a las mujeres (lesbianas o no) a lo mismo. Objetos. Objetos con los que vender, comerciar, excitar… objetos masturbatorios y poco más. Esta pelÃcula no hace ningún favor a la causa homosexual, más bien todo lo contrario.
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